La primera pregunta que quisiera plantearle es: ¿Cómo sería tu vida si fuera exactamente de la manera que la has
soñado?
Tómese un momento para pensar sobre esta pregunta. ¿Qué sueños ha tenido siempre sobre como sería su vida? ¿Dónde estaría?
¿Qué estaría haciendo? ¿Con quién? ¿Cómo sería esa vida de ensueño? No se
preocupe si ese sueño parece lejano o imposible. No se deje frenar por eso.
Sencillamente permítase el momento de imaginar cómo sería esa vida que siempre
ha querido.
Sabe, nuestros sueños no son locura; son parte de nuestra expresión de
creatividad. Son el mundo ideal que creamos para nosotros y nuestras familias,
son una meta a alcanzar. Los sueños no
son malos, lo malo es morir y no haberlos alcanzado.
Déjeme hacerle ahora otra pregunta: ¿Qué
le detiene de lograr tener esa vida? ¿Por qué no ha podido hacerla realidad?
¿Cuáles son sus temores o bloqueos? ¿Realmente son fundamentados o están más
bien en su mente?
Muchas personas se pasan la vida
soñando con la vida que quisieran tener, pero muy pocas hacen algo al respecto. La mayoría de ellas prefieren irse por lo seguro y no
arriesgar demasiado, excepto sus propios sueños. Y es que así fuimos educados: “Hijo/a,
estudia duro para que puedas tener una buena carrera y un buen trabajo, y
puedas vivir seguro/a y tener todo lo que quieras.” Y la mayoría de nosotros
nos pasamos la vida estudiando y trabajando y soñando con la vida que quisiéramos
tener, pero mientras más pasa el tiempo, más parece que esa meta se aleja en
vez de acercarse. Los años pasan, nos hacemos más viejos, nos casamos, tenemos
hijos, y de pronto nos damos cuenta que terminamos atrapados en rutinas y
actividades que no nos llevan a nuestros sueños, que solo aparentan estar llevándonos
a ellos. Nuestro tiempo se va en atender todas las necesidades inmediatas e
imprevistas, y cuando menos pensamos, nuestro sueño se ve más lejos que al
principio. Nos consolamos diciéndonos que cuando se hayan ido los hijos y nos
hayamos jubilado, entonces cumpliremos nuestros sueños. Y cuando llegamos a la
vejez, nos damos cuenta que todo por lo cual trabajamos y luchamos toda la
vida, sigue todavía muy lejos, o ya no es posible lograrlo, pues nuestra salud
y nuestras energías ya no dan para ello. Y al final nos vamos a la tumba con un
sueño entre el bolsillo y habiendo educado a la generación siguiente a caer en
la misma trampa.
No estoy queriendo decir con esto, que tener ciertas seguridades y
rutinas sea malo. Lo malo es cuando nuestra vida se limita a ello y terminamos
aplazando nuestros sueños una y otra vez, hasta que ya no es posible
cumplirlos. Si tienes un sueño, trabaja en él. No lo dejes morir ni lo aplaces.
Pregúntate de que maneras podrías ir trabajando en tu sueño. ¿Qué podrías ir haciendo ahora para ver ese
sueño cumplirse? Piensa en que es como cuando aprendemos a caminar, tenemos
que dar el primer paso y después el resto va saliendo uno por uno, hasta que de
tanto intentar y practicar, terminamos no solo caminando, sino corriendo
veloces hacia nuestras metas y sueños.
¿Y cuál es el primer paso? El primer paso es cambiar tu manera de ver las cosas.
Si respondiste a las preguntas al principio, sobre qué es lo que te detiene, tal
vez descubriste que hay pensamientos y cosas que creíste de ti y de tus
circunstancias que no necesariamente son verdaderas, o que crees que son
verdaderas. Analiza esas ideas y pregúntate: ¿Qué es lo que hace que esto me detenga? ¿Es un temor? ¿Es una idea
falsa que tengo? Y, ¿hasta qué punto es cierta esa creencia o temor que tengo?
Mira por un momento las cosas desde otra perspectiva y preguntante: Si no tuviera en cuenta lo que me bloquea, ¿qué
podría ir haciendo para alcanzar mi sueño? Después de meditar un rato el
respecto, tomate un tiempo para las siguientes acciones:
- Escribe todas las ideas que vengan a tu mente al respecto y define con ellas metas a corto, mediano y largo plazo, que puedas separar después en pasos.
- Separa tu sueño en pequeños pasos que sean realizables y define cual será el primer paso hacia tu sueño.
- Ahora, ponle una fecha y hora a ese paso para empezar a andar.
- Y por último… lánzate y da el primer paso, y veras que de acá en adelante será mucho más sencillo seguir dando pasos.
Tu sueño no se hará realidad con el primer paso, pero después de estar
caminando un tiempo en esa dirección, notaras que cada vez estarás más cerca de
alcanzar tu meta, hasta que un día no muy lejano, te encuentres con que ya estás
viviendo tu sueño. Y cuando llegues allá, solo te queda una cosa por hacer: celebra y disfruta que lograste lo que soñabas.
Ahora puedes dedicarte a soñar nuevos sueños.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario