Estimados amigos y seguidores,
despues de una larga ausencia en las publicaciones del blog, debido a los bloqueos existentes en China, pronto estaremos retomando las publicaciones, una vez que este ubicado en Alemania.
Esten pendientes y mientras tanto disfruten de las publicaciones anteriores.
Saludos,
Coach David Roncancio
Coaching, Liderazgo & Mentoreo
Este es un espacio para discutir sobre los temas de coaching, liderazgo y mentoreo.
martes, 7 de febrero de 2017
miércoles, 11 de junio de 2014
Pregunta poderosa: ¿Qué tan efectivamente estás usando tu tiempo?
“El tiempo es dinero” es un conocido
dicho que explica cuán importante es el tiempo, y cuán malo es malgastarlo. Sin
embargo, la mayoría de personas no logran administrar bien su tiempo. ¿Qué es
lo que les hace falta?
Seguramente se ha encontrado, como muchos de nosotros, ante la situación
que trabaja fuertemente en algo durante el día, y cuando miras atrás, parece
que no logro nada y se pregunta, ¿qué paso con mi tiempo? ¿Por qué no me
alcanza para terminar lo que tengo que hacer y se me termina acumulando una y
otra vez? Encontrarse con esta situación causa frustración y dudas sobre cómo estamos
manejando nuestro tiempo, pero esta es la realidad de muchas personas. El
tiempo es un recurso muy importante
que necesitamos aprender a administrar
de manera sabia si queremos ser efectivos
y productivos.
Para ser efectivos con
nuestro tiempo, en realidad solo requerimos de unos sencillos ejercicios, que
practicados cada día, permiten que a mediano plazo logremos no solo ser
efectivos con el uso de nuestro tiempo, sino además contar con tiempo extra
para otras actividades. He resumido esos ejercicios en los siguientes pasos:
1.
Evalúese: ¿Qué
es lo que hago cada día? ¿Cómo lo estoy haciendo? ¿Cómo estoy usando mi tiempo
realmente? ¿Qué debería cambiar?
2.
Defina el valor de sus actividades versus el valor de
su tiempo: ¿Qué tan realmente relevante para mi trabajo o para mi
vida es lo que estoy haciendo? ¿Qué es más importante en cuanto a ese tiempo? ¿Cuáles
de las actividades que hago son más relevantes, cuales sobran?
3.
Use el Principio de Pareto (20/80): Si usamos efectivamente nuestro tiempo, 20% de
nuestras obligaciones, deberían producir el 80% de los resultados. Tristemente
solemos usar el principio contrario – el 80% de nuestro tiempo lo usamos para
trabajar en las cosas que solo producen un 20% de resultados. ¿Cuáles de mis
actividades producen más resultados? ¿Cuáles no? ¿Qué actividades entonces son
las más relevantes para mi trabajo, en relación a su productividad y
efectividad?
4.
Establezca prioridades: De mis actividades más productivas, ¿cuáles son las más importantes,
cuales las más urgentes? Importante
significa que debe ser hecho, pues mucho depende de ello. Urgente solo significa que debe ser hecho inmediatamente.
Clasifique sus actividades de acuerdo a los niveles de importancia y urgencia
de la siguiente manera:
5.
Planee y desarrolle sus actividades: Después de establecer sus prioridades, escríbalas y comience
a desarrollarlas una a una de acuerdo a las prioridades. Sea flexible; agregue o elimine actividades de acuerdo
a su relevancia, pero comprométase a cumplir con sus metas diarias lo más
posible.
6.
Reevalúe y ajuste: ¿Funciona la forma en que manejo mi tiempo ahora? ¿Qué funciona, que
no? ¿Qué cambios o ajustes debo hacer?
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manejo del tiempo,
preguntas poderosas,
principio 20/80,
principio de pareto
miércoles, 14 de mayo de 2014
Pregunta poderosa: ¿Cómo tendrías que cambiar para que las cosas fueran diferentes?
Muchas veces en la vida nos
encontramos ante esta pregunta, frustrados porque descubrimos que los problemas
que estamos teniendo, las relaciones que no están funcionando y los sueños que
no estamos logrando, tienen más que ver con cómo “somos” o actuamos, que con
las circunstancias a nuestro alrededor. Lo triste es que muy pocas veces
tenemos la respuesta a la mano y por ende terminamos negando la necesidad de
cambio y repitiendo los mismos patrones una y otra vez.
El cambio es necesario e importante. Si, el cambio produce a veces temor o implica
renuncias o incluso reconocer que la embarramos y debemos pedir disculpas, pero
es vital. La siguiente pregunta nos puede ayudar a analizar esa necesidad de
cambio y a establecer acciones que produzcan un resultado positivo. En vez de
preguntarte qué o quién tiene que cambiar a tu alrededor para lograr lo que
deseas, pregúntate ¿cómo tendrías que
cambiar tu, para que las cosas o las personas a tu alrededor fueran diferentes?
Muchas de las situaciones que vivimos, de las relaciones que
experimentamos y de las oportunidades que perdemos se deben a la manera en que “somos”
y actuamos. Pero antes de explicar por qué, déjeme aclarar algo: nosotros no
somos realmente lo que actuamos, pero nuestros actos nos convierten en lo que
somos. ¿Qué quiero decir con esto? Nosotros fuimos creados con dones,
habilidades, personalidades y un propósito de vida positivo y enfocado hacia el
bienestar común, pero cuando no vivimos nuestra vida de acuerdo a esas características
con las cuales fuimos creados, terminamos actuando en contra de lo creado en
nosotros y terminamos convirtiéndonos en algo muy diferente a nuestro diseño original.
Cuando en cambio actuamos de acuerdo a nuestro diseño original, entonces vemos como
a nuestro alrededor todo cambia positivamente, pues estamos contribuyendo efectivamente
con la parte que nos toca. Fuimos creados con un diseño específico, y cuando no
cuando no actuamos de acuerdo al mismo, terminamos siendo algo para lo cual no
fuimos creados… terminamos siendo un “engendro”.
Ahora bien, para explicar cómo nuestro actuar afecta nuestro ser, y como
al cambiar nosotros podemos cambiar las circunstancias, déjeme llevarlo hacia
las teorías sistémicas, de las cuales sabemos que todas las personas estamos
interconectadas entre nosotras. Cualquier acto que yo realice afecta a todos a mí
alrededor y a su vez a todos los que estén interconectados con ellos y así
sucesivamente. Eso significa que la manera en que yo actúo, afecta la manera en
que los demás actúan, o dicho de otra manera: la manera en que soy, afecta la
manera en que los demás serán. Esto aplica igual para las circunstancias. La
manera en que actúo afecta la manera en que percibiré y en que se darán las
circunstancias a mí alrededor. Si yo cambio, todo a mí alrededor cambia recíprocamente.
Si yo cambio negativamente, todo a mí alrededor cambiara negativamente; si yo
cambio positivamente, todo a mí alrededor cambiara positivamente.
Entendiendo esto, es que podemos entender, por qué la pregunta que
planteo hoy es tan importante: ¿Qué es lo que tengo que cambiar en mí? ¿Qué es
lo que has estado haciendo que no ha estado funcionando, que ha estado causando
que las circunstancias sigan igual o peor? ¿Qué pasaría si tú cambiaras en ese
punto? Cambiar siempre va a afectar nuestro alrededor, por eso es importante
analizar primero que cambios son necesarios hacer y cómo van a afectar estos
nuestro alrededor. ¿Qué pasaría al cambiar tu de X o Y manera? ¿Cómo afectaría ese
cambio tu entorno, tus relaciones, tu perspectiva, tu sueño? Tus respuestas a
estas preguntas son la clave del cambio. Cuando hayas entonces tomado la decisión
de cambiar, después de haber analizado bien el efecto que producirá, tomate
tiempo para elaborar metas SMART para el desarrollo de hábitos que te permitan
seguir adelante con el cambio propuesto, y disfruta observando como todo a tu
alrededor empieza a cambiar positivamente.
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¿Cómo tendrías que cambiar para que las cosas fueran diferentes?,
coaching,
coaching de vida,
preguntas poderosas
lunes, 28 de abril de 2014
Pregunta poderosa: ¿Qué pasaría si cambias tu perspectiva?
Continuando con la serie de preguntas
poderosas que iniciamos en el blog pasado, quiero animarle a continuar haciéndose
preguntas poderosas, que le ayudaran a producir los cambios que usted desea en
su vida.
La siguiente pregunta que quisiera plantearle es: ¿Qué pasaría si usted cambia la perspectiva que tiene de las cosas, de
la situación que está viviendo, de la persona o el equipo con el que trabaja
actualmente?
Piense un momento sobre esta pregunta y analice lo siguiente: ¿Cuál es mi perspectiva actual? ¿Por qué tengo
esa perspectiva? ¿Qué causo que tenga esa perspectiva? ¿Es justificada? ¿Qué tanto
afectaría mi vida y mis acciones si cambio mi perspectiva?
La manera en que pensamos sobre ciertas cosas, es la manera en que
actuaremos con respecto a ellas. Si mi perspectiva de una situación es
negativa, los resultados de mi actuar me llevaran a que estos sean negativos.
Cuando yo tengo metido en mi cabeza que lo que estoy haciendo no es bueno o no
sirve para nada, actuare de tal manera, que al final eso será lo que obtendré:
nada.
La perspectiva que tenemos de las cosas, influye en nuestra manera de
pensar sobre las cosas. Si yo tengo una visión negativa de las cosas, mi mente
se llenara de todos los argumentos posibles para sustentar mi tesis y
perspectiva negativa. Entonces, no solo pensare negativamente, sino que al
actuar, todas mis acciones serán (consciente o inconscientemente) actos que producirán
resultados negativos, reforzando así mi punto de vista negativo. Es cuando
decimos: “Si ve, ¡yo sabía que las cosas iban a resultar así!” ¿Realmente lo sabíamos? ¿Qué tan seguros podíamos
estar realmente? ¿Teníamos las pruebas contundentes de ello? Usted de
pronto dirá: “No, no; no es que realmente lo supiera… sencillamente tenía el
sentir de que no funcionaria.” ¿Y de dónde
cree usted que vino ese sentir, si usted no contaba con pruebas contundentes?
¿Se da usted cuenta? Nosotros influenciamos con nuestros pensamientos
las acciones que buscamos realizar. Si desde un comienzo la perspectiva que
tenemos de las cosas es negativa, entonces desarrollamos un prejuicio, que bloquea
nuestra capacidad creativa. En cambio, cuando asumimos una perspectiva
diferente e incluso positiva de las
cosas, abrimos nuestra mente a la creatividad y somos más flexibles. Así, aun
si surgen dificultades en el camino (y las habrá), buscaremos soluciones más fácil.
Cambiar nuestra perspectiva no solo nos ayuda a ser más positivos y
flexibles, también nos ayuda a entender mejor a otros. Cuando en las relaciones
especialmente, tenemos una perspectiva única y fija de alguien, tendemos
indirectamente a prejuzgar a la persona y definir como es, sin siquiera
conocerla completamente. Eso bloquea nuestra capacidad de relacionarnos y
reduce nuestra inteligencia emocional. Al darnos la posibilidad de ver a las
personas desde diferentes perspectivas y contextos, estamos ampliando nuestros
conocimientos de ellas y con ello la capacidad de poder colocarnos en los
zapatos de otro y entender mejor a los demás. Esto es especialmente útil cuando
se trata de diferentes trasfondos culturales.
Cambiar nuestra perspectiva de las cosas…
- …nos libera para intentar cosas que antes no habíamos siquiera considerado, pues abrimos nuestra mente para explorar otras oportunidades y formas de asumir la situación.
- …fomenta nuestra creatividad y flexibilidad, porque nos muestra que si tenemos varias opciones y caminos para llegar al mismo punto.
- …desarrolla nuestra inteligencia emocional, porque aprendemos a ver a los demás de otra manera y a relacionarnos mejor con ellos.
- …amplia nuestra visión sobre los demás y las culturas, porque empezamos a entender porque los demás actúan y son como los vemos.
- …nos saca del bloqueo y los callejones sin salida en los que nos encontrábamos, porque vemos un cuadro más amplio que el que teníamos inicialmente frente a nosotros.
- …elimina los altos niveles de estrés, que la perspectiva inicial nos causaba, porque como nos damos cuenta que contamos con más posibilidades de las que pensábamos, sabemos que de alguna manera, las cosas si se pueden cambiar, y eso nos dará descanso.
Como ve, cambiar nuestra perspectiva puede ser muy útil cuando se desea
avanzar. Así que le animo a tomarse un tiempo para pensar sobre esta pregunta
poderosa mientras analiza la situación que quiere cambiar: ¿Qué pasara si cambio mi perspectiva?
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inteligencia emocional,
perspectiva,
preguntas poderosas
martes, 15 de abril de 2014
Serie: Preguntas poderosas de Coaching
En esta ocasión quiero iniciar con
una serie, en la cual analizaremos y trabajaremos varias de las preguntas de
Coaching que pueden cambiar su vida. Precisamente es en las preguntas y la
escucha del coach que radica el poder transformador del coaching. La razón de
porque muchas veces no logramos los cambios que deseamos, sencillamente se debe
a que no nos hemos hecho las preguntas correctas al respecto. Con esta serie
espero ayudarle a hacerse varias preguntas claves para el desarrollo de su vida
y empresa, que a su vez le sirvan para generar los cambios que tanto desea para
estas áreas.
La primera pregunta que quisiera plantearle es: ¿Cómo sería tu vida si fuera exactamente de la manera que la has
soñado?
Tómese un momento para pensar sobre esta pregunta. ¿Qué sueños ha tenido siempre sobre como sería su vida? ¿Dónde estaría?
¿Qué estaría haciendo? ¿Con quién? ¿Cómo sería esa vida de ensueño? No se
preocupe si ese sueño parece lejano o imposible. No se deje frenar por eso.
Sencillamente permítase el momento de imaginar cómo sería esa vida que siempre
ha querido.
Sabe, nuestros sueños no son locura; son parte de nuestra expresión de
creatividad. Son el mundo ideal que creamos para nosotros y nuestras familias,
son una meta a alcanzar. Los sueños no
son malos, lo malo es morir y no haberlos alcanzado.
Déjeme hacerle ahora otra pregunta: ¿Qué
le detiene de lograr tener esa vida? ¿Por qué no ha podido hacerla realidad?
¿Cuáles son sus temores o bloqueos? ¿Realmente son fundamentados o están más
bien en su mente?
Muchas personas se pasan la vida
soñando con la vida que quisieran tener, pero muy pocas hacen algo al respecto. La mayoría de ellas prefieren irse por lo seguro y no
arriesgar demasiado, excepto sus propios sueños. Y es que así fuimos educados: “Hijo/a,
estudia duro para que puedas tener una buena carrera y un buen trabajo, y
puedas vivir seguro/a y tener todo lo que quieras.” Y la mayoría de nosotros
nos pasamos la vida estudiando y trabajando y soñando con la vida que quisiéramos
tener, pero mientras más pasa el tiempo, más parece que esa meta se aleja en
vez de acercarse. Los años pasan, nos hacemos más viejos, nos casamos, tenemos
hijos, y de pronto nos damos cuenta que terminamos atrapados en rutinas y
actividades que no nos llevan a nuestros sueños, que solo aparentan estar llevándonos
a ellos. Nuestro tiempo se va en atender todas las necesidades inmediatas e
imprevistas, y cuando menos pensamos, nuestro sueño se ve más lejos que al
principio. Nos consolamos diciéndonos que cuando se hayan ido los hijos y nos
hayamos jubilado, entonces cumpliremos nuestros sueños. Y cuando llegamos a la
vejez, nos damos cuenta que todo por lo cual trabajamos y luchamos toda la
vida, sigue todavía muy lejos, o ya no es posible lograrlo, pues nuestra salud
y nuestras energías ya no dan para ello. Y al final nos vamos a la tumba con un
sueño entre el bolsillo y habiendo educado a la generación siguiente a caer en
la misma trampa.
No estoy queriendo decir con esto, que tener ciertas seguridades y
rutinas sea malo. Lo malo es cuando nuestra vida se limita a ello y terminamos
aplazando nuestros sueños una y otra vez, hasta que ya no es posible
cumplirlos. Si tienes un sueño, trabaja en él. No lo dejes morir ni lo aplaces.
Pregúntate de que maneras podrías ir trabajando en tu sueño. ¿Qué podrías ir haciendo ahora para ver ese
sueño cumplirse? Piensa en que es como cuando aprendemos a caminar, tenemos
que dar el primer paso y después el resto va saliendo uno por uno, hasta que de
tanto intentar y practicar, terminamos no solo caminando, sino corriendo
veloces hacia nuestras metas y sueños.
¿Y cuál es el primer paso? El primer paso es cambiar tu manera de ver las cosas.
Si respondiste a las preguntas al principio, sobre qué es lo que te detiene, tal
vez descubriste que hay pensamientos y cosas que creíste de ti y de tus
circunstancias que no necesariamente son verdaderas, o que crees que son
verdaderas. Analiza esas ideas y pregúntate: ¿Qué es lo que hace que esto me detenga? ¿Es un temor? ¿Es una idea
falsa que tengo? Y, ¿hasta qué punto es cierta esa creencia o temor que tengo?
Mira por un momento las cosas desde otra perspectiva y preguntante: Si no tuviera en cuenta lo que me bloquea, ¿qué
podría ir haciendo para alcanzar mi sueño? Después de meditar un rato el
respecto, tomate un tiempo para las siguientes acciones:
- Escribe todas las ideas que vengan a tu mente al respecto y define con ellas metas a corto, mediano y largo plazo, que puedas separar después en pasos.
- Separa tu sueño en pequeños pasos que sean realizables y define cual será el primer paso hacia tu sueño.
- Ahora, ponle una fecha y hora a ese paso para empezar a andar.
- Y por último… lánzate y da el primer paso, y veras que de acá en adelante será mucho más sencillo seguir dando pasos.
Tu sueño no se hará realidad con el primer paso, pero después de estar
caminando un tiempo en esa dirección, notaras que cada vez estarás más cerca de
alcanzar tu meta, hasta que un día no muy lejano, te encuentres con que ya estás
viviendo tu sueño. Y cuando llegues allá, solo te queda una cosa por hacer: celebra y disfruta que lograste lo que soñabas.
Ahora puedes dedicarte a soñar nuevos sueños.
miércoles, 2 de abril de 2014
Choque de Reingreso
Usted y su familia han podido
disfrutar de un valioso tiempo como expatriados en una cultura bien diferente a
la suya. Sus hijos y usted han logrado adaptarse en gran medida al nuevo lugar
y sus condiciones y casi que podrían imaginarse permanecer un tiempo más allí.
Sin embargo, su tiempo de contrato allí ha terminado y el momento del regreso a
la patria se avecina. Nuevos retos, temores y dudas le asaltan. El ciclo está
por terminar.
De seguro están emocionados con el
regreso a lo que tanto extrañaron: su patria. A primera vista este proceso
de reingreso a la patria no suena complicado ni problemático, sin embargo, tanto adultos como menores suelen tener un
tiempo complejo adaptándose de vuelta a la patria. Para los menores puede
incluso ser duro dejar ese país al que ya se adaptaron, en el cual formaron
amistades, para tener que regresar a un país que ya casi no recuerdan.
El estrés que genera el
reingreso muchas veces se debe a factores similares a los que se vivieron al
salir de la patria para ir a vivir al exterior, al comienzo de la experiencia
como expatriado: el dolor de tener que dejar (otra vez) un mundo al que han
llegado a acostumbrarse y amar, la incomodidad de tener que hacer otra vez un
cambio y adaptación cultural (así sea en la propia patria) y el temor y la
expectativa sobre si se lograra volver a conectar a la patria, sabiendo que
tanto nosotros como quienes se quedaron allá, han cambiado.
Sin embargo hay algunos puntos a
considerar al reingreso que no siempre son obvios, pero que generan estrés tanto
en los que regresan de la experiencia exterior como en los que han permanecido
en la patria y ahora se alegran con el regreso, y tiene que ver con las expectativas
que cada uno tiene del otro, las cuales suelen ser diferentes y a veces falsas.
Esto especialmente afecta a nuestros hijos. Para entender lo que sucede es
importante explicar a través del siguiente paso lo que sucede con un expatriado
y con un menor criado entre culturas (TCK).
Espejo
Se ve igual y piensa igual
|
Extranjero
Se ve diferente y piensa diferente
|
Adoptado
Se ve diferente, pero piensa igual
|
Inmigrante Secreto
Se ve igual, pero piensa diferente
|
Aquí vemos cuatro tipos de
situaciones por las que puede pasar un menor o una persona que ha estado en una
experiencia de expatriado: El espejo
es la situación que se vive en la patria en la que nacimos y crecimos, dentro
de nuestra misma “raza”, antes de salir a una experiencia como expatriados. Los
conflictos son mínimos, pues sabemos qué hacer y cómo comportarnos dentro
de la cultura y además nadie nos ve ni
nos percibe diferentes. Si dentro de esa cultura conocemos a un extranjero que
se ha criado con nosotros, el será percibido como un adoptado. Aunque piensa igual, maneja el idioma y sabe cómo
comportarse en dicha cultura, no se ve, ni es percibido como parte de la misma
cultura. Ahora, cuando emprendemos nuestro viaje a otro país, especialmente a
una cultura muy diferente a la nuestra, y vivimos allá por un tiempo como
expatriado, seremos percibidos por los locales como el extranjero, pues nos vemos completamente diferentes a ellos y además
pensamos diferente. Dependiendo del lugar, esto generara simpatía en los
locales y nos querrán ayudar en todo, o generara curiosidad y trataran de
observarnos y copiarnos todo el tiempo, o generara rechazo y entonces buscaran
aprovecharse de nosotros o lastimarnos. En la medida en que aprendemos el
idioma se lograra una mejor comunicación y comprensión de la cultura, pero
nunca llegaremos a ser como los locales. Estos tres tipos son bien claros y
permiten que los manejemos de una manera más fácil, pues sabemos exactamente en
qué condiciones nos encontramos en cada cultura. Lo difícil es cuando hemos
crecido o vivido mucho tiempo en una cultura diferente a la nuestra y después regresamos
a nuestra patria de origen. Allí es que encontramos al inmigrante secreto. Este personaje se ve igual a los de la cultura
local, hasta maneja el idioma, pero por alguna extraña razón no sabe
comportarse como debe ser, ni es comprendido por los demás. La reacción de las
personas que no conocen como manejar estas situaciones es finalmente de
rechazo. El pensamiento es: “Pero si él/ella es de acá… ¡debería saber cómo
funciona todo acá!”
Tanto el expatriado como las
personas en su patria deben prepararse
para esta situación y eliminar las falsas expectativas que se generan. Es
importante para ambos entender que durante el tiempo que estuvieron separados,
cada cultura siguió formando a cada uno de manera diferente, y que al
reencuentro las cosas no serán igual, sino diferentes; no por ello malas, solo
diferentes. Para esto deben prepararse todos: las familias, la empresa, los
amigos, el colegio.
Otro punto que genera estrés
son los falsos temores que surgen no
solo de las falsas expectativas, sino también de haber vivido mucho tiempo en
el exterior. Uno de esos temores es el hecho de que si nos gusta vivir en esa
nueva patria, sintamos que estamos siéndole infieles a nuestra patria original.
O si me identifico más con el país donde vivo que el país de mis padres, ¿será que
perderé mi identidad real? Todos estos temores son normales y generan muchas
veces dificultades para dormir, ansiedad, irritabilidad, dolor y tristeza por
el lugar que dejamos, depresión y más.
Para evitar morir en el
intento del reingreso, cada persona tiene reacciones
comunes diferentes ante el estrés de reingreso, para evitar ser vistos como
diferentes y ser aceptados rápidamente en la cultura: algunos se convierten en
camaleones, mostrando que son como los demás y evitando a toda costa hablar de
sus experiencias en el exterior. Básicamente pueden negar completamente una
parte de sí mismos con tal de no ser rechazados. Otros se ponen de mal genio,
se vuelven impacientes y juzgan constantemente, especialmente a la propia
cultura. Otros simplemente se retraen, buscan permanecer solos y no participan
en actividades. Y otros más se vuelcan de lleno a sus hobbies y dones, sin que
nadie se dé cuenta que todos esos éxitos y felicitaciones que reciben son una
manera de manejar el estrés de ser diferente dentro de su propia cultura.
¿Cómo podemos ayudarnos en este proceso de reingreso?
- Entienda que sus reacciones son normales y que no tiene que avergonzarse por ellas; pero no las convierta en excusa.
- Hable con otros (especialmente otros que han vivido la misma experiencia) y comparta sus sentimientos y emociones con respecto a lo que está viviendo al transicional.
- Haga un esfuerzo por entender y comprender lo que han vivido los demás mientras usted estuvo ausente.
- Tenga mentores que puedan ayudarle en el proceso de reingreso.
- Dese la posibilidad de visitar pronto y de nuevo el país en donde tuvo su experiencia como expatriado.
- Padres: no olviden que ustedes son clave para ayudarle a sus hijos en que ellos puedan “sobrevivir” el proceso de reingreso. Ellos les van a necesitar más que nunca durante este proceso, especialmente su comprensión, paciencia y amor.
- Asegúrese de no solo enviar a las personas a otro lugar, sino también de que estos cuenten con apoyo y capacitaciones para el reingreso al país de origen.
- Tenga un programa de capacitación y preparación para el inicio de la experiencia, que no solo sea ofrecido en el lugar de origen, sino también en el lugar de destino.
- Tenga un equipo de entrada o un mentor designado para recibir a quienes llegan nuevos.
- Tenga lista una carpeta con material necesario para la adaptación cultural y el poder moverse fácilmente en el sitio. Incluya todas las informaciones relevantes en cuanto a vivienda, colegio, etc.
- Tenga una política flexible de salida. En vez de “obligar” al empleado a permanecer 3 años en un lugar, dele la posibilidad de decidir si quiere salir antes o permanecer más tiempo, y ofrézcales la oportunidad de viajar de vez en cuando a su patria.
- Si la familia está separada, organice regularmente opciones de reencontrarse en las vacaciones.
- Apoye y patrocine el trabajo de las comunidades de expatriados para ofrecer más opciones de integración y apoyo.
- Ayude a sus empleados y sus
familias a prepararse para el reingreso. Ofrezca seminarios y coaching antes,
durante y después del regreso a la patria.
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regreso a la patria,
reingreso
lunes, 17 de marzo de 2014
Choque Cultural y Adaptación
¡Ya el viaje y su aventura empezaron!
Usted y su familia están en el aeropuerto o en el avión o acaban de llegar a su
nuevo destino y se preguntan qué pasará ahora. ¿Será que alguien nos recogerá
en el aeropuerto y nos ayudaran a ubicarnos? ¿O nos tocará a nosotros solos?
¿Quién nos va a explicar todo si no sabemos el idioma, ni cómo movernos allá?
¿Cómo será el lugar donde viviremos? ¿Y nuestros vecinos? ¿Y el colegio para
nuestros hijos? … Cientos de preguntas que requieren de respuesta.
Aunque ustedes están emocionados, habrá muchas preguntas que tendrán
durante el viaje y a la llegada al destino. Pero no se preocupen; si su empresa
o institución ha organizado bien las cosas para usted, ellos tendrán un grupo de apoyo y coaching listo para
ayudarle en el proceso de integración a
la nueva cultura. Posiblemente alguien les recogerá en el aeropuerto y les
llevara a su vivienda definitiva o a una temporal, desde la cual ustedes, en
compañía de alguien del grupo de apoyo, podrán explorar las opciones de
vivienda y así escoger más a su gusto. Muchas instituciones cuentan ya con un
equipo entrenado de locales y extranjeros que están dispuestos a ayudarle, con
documentos escritos que le ayudaran a ubicarse y moverse alrededor, etc. Y si
le empresa es realmente seria, ya les habrá dado la mayoría de la información,
junto con toda la información cultural, al momento en que se realizó la capacitación de preparación intercultural.
Para evitar desesperarnos es importante entender que es posible integrarse a la nueva cultura.
Tomará un tiempo, pero es posible, y si usted está debidamente preparado,
también se hará más fácil y sencillo, y hasta lo disfrutará enormemente.
Las transiciones siempre involucran
pérdidas, pero también ganancias. Así
que es importante mantener una actitud
positiva durante este proceso, para así poderle sacar el máximo a la
experiencia. En esto es importante mantener también una actitud abierta y hablar sobre nuestros sentimientos con la familia
y los amigos, aceptar estos sentimientos como parte normal del proceso y
apoyarse mutuamente.
Al llegar al nuevo sitio inicia el proceso de ubicarnos. Durante este
proceso se hace muy importante atender
las necesidades personales, de la pareja y de los menores para cada una de
las áreas de vida. Es importante tener un buen sitio para vivir, un ambiente de
trabajo agradable y apoyador, un buen lugar de estudio para los hijos y una
comunidad de expatriados que sea acogedora y de soporte. Con respecto a
vivienda, trabajo y estudio, casi siempre las empresas cuentan con arreglos
especiales que permiten que el expatriado no tenga que pasar por todo el estrés
de organizar esto solo. Además, casi siempre, la condición de vida del expatriado será superior a la condición de
vida en su lugar de origen, además de que son vistos como privilegiados por
la cultura a la que llegan. Muchas cosas (seguros, estudios, sueldos,
arriendos, visas de trabajo, etc.) ya están cubiertas y organizadas por la
empresa, de manera que no tendremos que preocuparnos por ello. Solo nos queda
preocuparnos por el mercado y la organización de nuevo hogar, y aun para ello
las empresas cuentan con arreglos (chofer, tarjetas de taxi, guías,
traductores, etc.) que facilitan mucho la vida del expatriado.
Un punto crítico, especialmente para familias, es la escogencia de un lugar de estudio para los
hijos. La realidad es, que en la mayoría de los casos no encontraremos un
colegio igual al colegio del cual venían, o incluso, uno en donde se enseñe en
el idioma de nuestro país. ¿Qué hacer entonces? Si se trata de menores mayores,
los cuales ingresan a la universidad, suele ser más sencillo y es algo que se
puede ir coordinando desde el país de origen. Normalmente en estos casos lo
primero que tendrán que hacer, es tomar un curso del idioma, si no lo manejan
ya. Cuando se trata de menores en edad preescolar o escolar las cosas son
diferentes. Hay que explorar el lugar con antelación para ver qué tipo de
colegios se tendrán a disposición, si estos incluyen el preescolar o no, si los
costos son cubiertos por la empresa, si el programa corresponde a lo que
nuestros hijos requieren para cuando regresen a la patria, etc. Es importante
también entender que la forma de educar en cada país es diferente. Mientras que
por ejemplo en Alemania la educación se centra en ser más autónoma, en donde el
profesor solamente actúa como un mediador en el descubrimiento del
conocimiento, en culturas como la China el profesor es la fuente principal del
conocimiento y los alumnos no son autónomos en su aprendizaje. Ellos esperan
que el profesor les facilite toda la información y la aceptan como verdadera,
sin cuestionar. Ningún chico alemán haría eso… allá se cuestiona, se duda y se
discute, hasta que la respuesta convenza. En otras culturas la memorización y
los exámenes son importantes, mientras que para otros la lógica y los procesos
tienen prioridad sobre los resultados. Es por eso que antes de enrolar a los
hijos en cualquier colegio es importante conocer su filosofía y forma de trabajo.
Recordemos también que los colegios no solo enseñan materias, enseñan también la
cultura. Así que, si en el lugar al que voy no hay un colegio que corresponda a
mi cultura de origen, deberé preguntarme hasta qué punto estoy dispuesto a que
mis hijos aprendan otra cultura.
Aquí solo puedo mencionar algunas inquietudes al respecto, por lo cual
es importante que se informe bien al respecto antes de viajar. Tenga en cuenta
que según el país y la ciudad a la que va, existen diversos tipos de educación escolar que puede considerar
(para información sobre los pros y contras de cada uno de estos tipos, le ruego
investigar más por su propia cuenta):
- Colegio en casa (homeschooling – no en todos los países es aceptado o legal. ¡En Alemania por ejemplo es ilegal!) o por correspondencia. Los padres son los profesores de los hijos y se basan en un currículo preconcebido.
- Colegio satélite. El alumno toma un currículo formal desde la casa, dictado por profesores capacitados (frecuentemente en línea) y asiste a exámenes y otras actividades en una sede.
- Colegios locales nacionales. Son generalmente en el idioma y con el currículo del país en el que se está.
- Colegios locales internacionales. Suelen tener como idioma principal el inglés o el idioma del país al cual representan. Ofrecen diferentes tipos de grados que son aceptados internacionalmente.
- Internados en el exterior. Pueden ser la solución cuando en el lugar de trabajo de los padres no existe un colegio, pero implica la separación temporal de la familia.
- Colegios preuniversitarios o internados en el país de origen. Implica una separación más fuerte y lejana de la familia.
Cualquiera de estas opciones puede ser buena para nuestros hijos, pero
se requiere de un estudio detallado y de conocer bien a nuestros hijos para encontrar
el lugar adecuado para ellos. Un punto importante es el de estar abiertos a que nuestros hijos no sean completamente “nativos” a
nuestra cultura. Ellos van a crecer entre culturas y llegaran a convertirse en
lo que llamamos menores globales o TCK. Esto tiene sus propios retos, pero
a la vez les abrirá más oportunidades de trabajo en el futuro.
Sean cual sean los retos de la llegada a su destino, lo más importante
es que usted aproveche el tiempo en su
destino y disfrute del viaje. Haga de su experiencia en el exterior lo
mejor que pueda y aproveche todas las oportunidades que allá se le presentan.
Aquí unas sugerencias para aprovechar al
máximo el tiempo como expatriado junto con su familia:
- Establezca tiempos especiales de familia (y para la familia) y desarrolle algunas tradiciones familiares. Hagan cosas juntos como familia y creen tradiciones más acordes al lugar donde viven ahora. Si usted solía tener nieve en su patria y ahora no, posiblemente sus tradiciones de navidad tendrán que cambiar también. Involucre a toda su familia en la creación de nuevas tradiciones familiares.
- Cree vínculos fuertes con la comunidad. Involúcrense en las actividades y con la comunidad de expatriados, pero también con la comunidad local. Formen relaciones y amistades que puedan permanecer aun después de haber regresado a la patria.
- Cree fuertes vínculos con sus parientes. Especialmente para los hijos es importante que no se pierda el contacto con abuelos, tíos, primos y otros integrantes de la familia. Utilicen herramientas como Skype y Facebook para charlar y compartir fotos e informaciones. Programen días para charlar por Skype y compartir las experiencias que están viviendo.
- Cree fuertes vínculos con sus amistades. Igual que con los parientes, no queremos perder las amistades que hemos logrado por muchos años. Por ello es importante permanecer en contacto regularmente con ellos y compartir las experiencias que están viviendo.
- Cada vez que tiene su tiempo de viaje pago, regrese siempre a la misma “patria”. Todos necesitamos identificarnos con al menos un sitio al que podamos considerar nuestra “patria”. Use otras ocasiones para conocer el país en el que se encuentra o viajar a otros países diferentes a la “patria”.
- Cuando viaje a su “patria” o en otros contextos, aproveche para pasear por los países intermedios. No se quede únicamente entre el país de origen y el país de destino. Aproveche las oportunidades y conozca todo lo que pueda en el camino.
- Explore e involúcrese con los alrededores. No explore solo los alrededores de su nueva casa o ciudad, también de todo el país donde se encuentra. Aproveche para aprender el idioma o alguna habilidad especial del sitio al que va.
- Adquiera objetos especiales del país al que va. Piense en que estos le servirán, una vez de regreso en su “patria” a recordar momentos especiales vividos durante su época de expatriado.
En general, ¡disfrute su vida
como nómada global y saque el mejor provecho de ella!
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