miércoles, 14 de mayo de 2014

Pregunta poderosa: ¿Cómo tendrías que cambiar para que las cosas fueran diferentes?

Muchas veces en la vida nos encontramos ante esta pregunta, frustrados porque descubrimos que los problemas que estamos teniendo, las relaciones que no están funcionando y los sueños que no estamos logrando, tienen más que ver con cómo “somos” o actuamos, que con las circunstancias a nuestro alrededor. Lo triste es que muy pocas veces tenemos la respuesta a la mano y por ende terminamos negando la necesidad de cambio y repitiendo los mismos patrones una y otra vez.

El cambio es necesario e importante. Si, el cambio produce a veces temor o implica renuncias o incluso reconocer que la embarramos y debemos pedir disculpas, pero es vital. La siguiente pregunta nos puede ayudar a analizar esa necesidad de cambio y a establecer acciones que produzcan un resultado positivo. En vez de preguntarte qué o quién tiene que cambiar a tu alrededor para lograr lo que deseas, pregúntate ¿cómo tendrías que cambiar tu, para que las cosas o las personas a tu alrededor fueran diferentes?

Muchas de las situaciones que vivimos, de las relaciones que experimentamos y de las oportunidades que perdemos se deben a la manera en que “somos” y actuamos. Pero antes de explicar por qué, déjeme aclarar algo: nosotros no somos realmente lo que actuamos, pero nuestros actos nos convierten en lo que somos. ¿Qué quiero decir con esto? Nosotros fuimos creados con dones, habilidades, personalidades y un propósito de vida positivo y enfocado hacia el bienestar común, pero cuando no vivimos nuestra vida de acuerdo a esas características con las cuales fuimos creados, terminamos actuando en contra de lo creado en nosotros y terminamos convirtiéndonos en algo muy diferente a nuestro diseño original. Cuando en cambio actuamos de acuerdo a nuestro diseño original, entonces vemos como a nuestro alrededor todo cambia positivamente, pues estamos contribuyendo efectivamente con la parte que nos toca. Fuimos creados con un diseño específico, y cuando no cuando no actuamos de acuerdo al mismo, terminamos siendo algo para lo cual no fuimos creados… terminamos siendo un “engendro”.

Ahora bien, para explicar cómo nuestro actuar afecta nuestro ser, y como al cambiar nosotros podemos cambiar las circunstancias, déjeme llevarlo hacia las teorías sistémicas, de las cuales sabemos que todas las personas estamos interconectadas entre nosotras. Cualquier acto que yo realice afecta a todos a mí alrededor y a su vez a todos los que estén interconectados con ellos y así sucesivamente. Eso significa que la manera en que yo actúo, afecta la manera en que los demás actúan, o dicho de otra manera: la manera en que soy, afecta la manera en que los demás serán. Esto aplica igual para las circunstancias. La manera en que actúo afecta la manera en que percibiré y en que se darán las circunstancias a mí alrededor. Si yo cambio, todo a mí alrededor cambia recíprocamente. Si yo cambio negativamente, todo a mí alrededor cambiara negativamente; si yo cambio positivamente, todo a mí alrededor cambiara positivamente.

Entendiendo esto, es que podemos entender, por qué la pregunta que planteo hoy es tan importante: ¿Qué es lo que tengo que cambiar en mí? ¿Qué es lo que has estado haciendo que no ha estado funcionando, que ha estado causando que las circunstancias sigan igual o peor? ¿Qué pasaría si tú cambiaras en ese punto? Cambiar siempre va a afectar nuestro alrededor, por eso es importante analizar primero que cambios son necesarios hacer y cómo van a afectar estos nuestro alrededor. ¿Qué pasaría al cambiar tu de X o Y manera? ¿Cómo afectaría ese cambio tu entorno, tus relaciones, tu perspectiva, tu sueño? Tus respuestas a estas preguntas son la clave del cambio. Cuando hayas entonces tomado la decisión de cambiar, después de haber analizado bien el efecto que producirá, tomate tiempo para elaborar metas SMART para el desarrollo de hábitos que te permitan seguir adelante con el cambio propuesto, y disfruta observando como todo a tu alrededor empieza a cambiar positivamente.