miércoles, 2 de abril de 2014

Choque de Reingreso


Usted y su familia han podido disfrutar de un valioso tiempo como expatriados en una cultura bien diferente a la suya. Sus hijos y usted han logrado adaptarse en gran medida al nuevo lugar y sus condiciones y casi que podrían imaginarse permanecer un tiempo más allí. Sin embargo, su tiempo de contrato allí ha terminado y el momento del regreso a la patria se avecina. Nuevos retos, temores y dudas le asaltan. El ciclo está por terminar.

De seguro están emocionados con el regreso a lo que tanto extrañaron: su patria. A primera vista este proceso de reingreso a la patria no suena complicado ni problemático, sin embargo, tanto adultos como menores suelen tener un tiempo complejo adaptándose de vuelta a la patria. Para los menores puede incluso ser duro dejar ese país al que ya se adaptaron, en el cual formaron amistades, para tener que regresar a un país que ya casi no recuerdan.

El estrés que genera el reingreso muchas veces se debe a factores similares a los que se vivieron al salir de la patria para ir a vivir al exterior, al comienzo de la experiencia como expatriado: el dolor de tener que dejar (otra vez) un mundo al que han llegado a acostumbrarse y amar, la incomodidad de tener que hacer otra vez un cambio y adaptación cultural (así sea en la propia patria) y el temor y la expectativa sobre si se lograra volver a conectar a la patria, sabiendo que tanto nosotros como quienes se quedaron allá, han cambiado.

Sin embargo hay algunos puntos a considerar al reingreso que no siempre son obvios, pero que generan estrés tanto en los que regresan de la experiencia exterior como en los que han permanecido en la patria y ahora se alegran con el regreso, y tiene que ver con las expectativas que cada uno tiene del otro, las cuales suelen ser diferentes y a veces falsas. Esto especialmente afecta a nuestros hijos. Para entender lo que sucede es importante explicar a través del siguiente paso lo que sucede con un expatriado y con un menor criado entre culturas (TCK).

Espejo
Se ve igual y piensa igual
Extranjero
Se ve diferente y piensa diferente
Adoptado
Se ve diferente, pero piensa igual
Inmigrante Secreto
Se ve igual, pero piensa diferente

 
Aquí vemos cuatro tipos de situaciones por las que puede pasar un menor o una persona que ha estado en una experiencia de expatriado: El espejo es la situación que se vive en la patria en la que nacimos y crecimos, dentro de nuestra misma “raza”, antes de salir a una experiencia como expatriados. Los conflictos son mínimos, pues sabemos qué hacer y cómo comportarnos dentro de  la cultura y además nadie nos ve ni nos percibe diferentes. Si dentro de esa cultura conocemos a un extranjero que se ha criado con nosotros, el será percibido como un adoptado. Aunque piensa igual, maneja el idioma y sabe cómo comportarse en dicha cultura, no se ve, ni es percibido como parte de la misma cultura. Ahora, cuando emprendemos nuestro viaje a otro país, especialmente a una cultura muy diferente a la nuestra, y vivimos allá por un tiempo como expatriado, seremos percibidos por los locales como el extranjero, pues nos vemos completamente diferentes a ellos y además pensamos diferente. Dependiendo del lugar, esto generara simpatía en los locales y nos querrán ayudar en todo, o generara curiosidad y trataran de observarnos y copiarnos todo el tiempo, o generara rechazo y entonces buscaran aprovecharse de nosotros o lastimarnos. En la medida en que aprendemos el idioma se lograra una mejor comunicación y comprensión de la cultura, pero nunca llegaremos a ser como los locales. Estos tres tipos son bien claros y permiten que los manejemos de una manera más fácil, pues sabemos exactamente en qué condiciones nos encontramos en cada cultura. Lo difícil es cuando hemos crecido o vivido mucho tiempo en una cultura diferente a la nuestra y después regresamos a nuestra patria de origen. Allí es que encontramos al inmigrante secreto. Este personaje se ve igual a los de la cultura local, hasta maneja el idioma, pero por alguna extraña razón no sabe comportarse como debe ser, ni es comprendido por los demás. La reacción de las personas que no conocen como manejar estas situaciones es finalmente de rechazo. El pensamiento es: “Pero si él/ella es de acá… ¡debería saber cómo funciona todo acá!”

Tanto el expatriado como las personas en su patria deben prepararse para esta situación y eliminar las falsas expectativas que se generan. Es importante para ambos entender que durante el tiempo que estuvieron separados, cada cultura siguió formando a cada uno de manera diferente, y que al reencuentro las cosas no serán igual, sino diferentes; no por ello malas, solo diferentes. Para esto deben prepararse todos: las familias, la empresa, los amigos, el colegio.

Otro punto que genera estrés son los falsos temores que surgen no solo de las falsas expectativas, sino también de haber vivido mucho tiempo en el exterior. Uno de esos temores es el hecho de que si nos gusta vivir en esa nueva patria, sintamos que estamos siéndole infieles a nuestra patria original. O si me identifico más con el país donde vivo que el país de mis padres, ¿será que perderé mi identidad real? Todos estos temores son normales y generan muchas veces dificultades para dormir, ansiedad, irritabilidad, dolor y tristeza por el lugar que dejamos, depresión y más.

Para evitar morir en el intento del reingreso, cada persona tiene reacciones comunes diferentes ante el estrés de reingreso, para evitar ser vistos como diferentes y ser aceptados rápidamente en la cultura: algunos se convierten en camaleones, mostrando que son como los demás y evitando a toda costa hablar de sus experiencias en el exterior. Básicamente pueden negar completamente una parte de sí mismos con tal de no ser rechazados. Otros se ponen de mal genio, se vuelven impacientes y juzgan constantemente, especialmente a la propia cultura. Otros simplemente se retraen, buscan permanecer solos y no participan en actividades. Y otros más se vuelcan de lleno a sus hobbies y dones, sin que nadie se dé cuenta que todos esos éxitos y felicitaciones que reciben son una manera de manejar el estrés de ser diferente dentro de su propia cultura.

¿Cómo podemos ayudarnos en este proceso de reingreso?
  • Entienda que sus reacciones son normales y que no tiene que avergonzarse por ellas; pero no las convierta en excusa.
  • Hable con otros (especialmente otros que han vivido la misma experiencia) y comparta sus sentimientos y emociones con respecto a lo que está viviendo al transicional.
  • Haga un esfuerzo por entender y comprender lo que han vivido los demás mientras usted estuvo ausente.
  • Tenga mentores que puedan ayudarle en el proceso de reingreso.
  • Dese la posibilidad de visitar pronto y de nuevo el país en donde tuvo su experiencia como expatriado.
  • Padres: no olviden que ustedes son clave para ayudarle a sus hijos en que ellos puedan “sobrevivir” el proceso de reingreso. Ellos les van a necesitar más que nunca durante este proceso, especialmente su comprensión, paciencia y amor.
¿Cómo pueden las organizaciones ayudar durante todo el proceso?
  • Asegúrese de no solo enviar a las personas a otro lugar, sino también de que estos cuenten con apoyo y capacitaciones para el reingreso al país de origen.
  • Tenga un programa de capacitación y preparación para el inicio de la experiencia, que no solo sea ofrecido en el lugar de origen, sino también en el lugar de destino.
  • Tenga un equipo de entrada o un mentor designado para recibir a quienes llegan nuevos.
  • Tenga lista una carpeta con material necesario para la adaptación cultural y el poder moverse fácilmente en el sitio. Incluya todas las informaciones relevantes en cuanto a vivienda, colegio, etc.
  • Tenga una política flexible de salida. En vez de “obligar” al empleado a permanecer 3 años en un lugar, dele la posibilidad de decidir si quiere salir antes o permanecer más tiempo, y ofrézcales la oportunidad de viajar de vez en cuando a su patria.
  • Si la familia está separada, organice regularmente opciones de reencontrarse en las vacaciones.
  • Apoye y patrocine el trabajo de las comunidades de expatriados para ofrecer más opciones de integración y apoyo.
  • Ayude a sus empleados y sus familias a prepararse para el reingreso. Ofrezca seminarios y coaching antes, durante y después del regreso a la patria.

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