jueves, 31 de marzo de 2011

Principios para alcanzar el éxito auténtico

"La fe en sí mismo constituye el primer secreto del éxito."
Anónimo

"El ladrón sólo viene para robar y matar y destruir;
yo he venido para que tengan vida,
y para que la tengan en abundancia."
Jesús de Nazareth

Toda persona en la tierra anhela el éxito. Pero, ¿sabemos realmente qué es el éxito? ¿Cómo lo podemos definir? En general estamos acostumbrados a relacionar o incluso definir el éxito de acuerdo a cuanto sea nuestra prosperidad financiera, a la posición que ocupemos dentro de la sociedad, al poder y la influencia que tengamos ante otros, al prestigio y reconocimiento que nos den otros, y finalmente a la capacidad que tengamos de ofrecernos placer (viajes, restaurantes, lujos, etc.). Así nos ha formado la sociedad y los medios de comunicación. Se trata de la cultura del materialismo. ¿Pero será esto realmente el éxito?

Déjeme preguntarle algo: ¿Cree usted que la madre Teresa de Calcuta fue exitosa? ¿Qué tal de Jesús de Nazareth, lo consideraría exitoso? Creo que ninguno de nosotros se atravería a decir que estos personajes de la historia no fueron exitosos. Sin embargo, ninguno de ellos tuvo se éxito basado en los conceptos del materialismo. Ambos incluso predicaron y vivieron apenas con lo necesario para vivir.

Ahora veamos el otro lado de la moneda: Glenn Bland, autor del libro 'Success' (Éxito) describe una reunión realizada en 1923 en el Hotel Edgewater Beach de Chicago. A esa reunión asistieron grandes personajes del mundo finaciero, todos considerados por la mayoría como exitosos: Charles M. Schwab, magnate de la industria y el acero, quien trabajó con Andrew Carnegie; Samuel Insull, inovador e inversor, quien contribuyó grandemente a crear la infraestructura eléctrica de los Estados Unidos; Howard Hopson C., financista y ejecutivo de utilidades, presidente de la mayor empresa de gas en Estados Unidos; Arthur William Cutten, conocido negociante de alimentos; Richard Whitney, banquero, inversor y consultor, quién en ese entonces era el presidente de la bolsa de valores de Nueva York; Albert Fall, senador de los Estados Unidos y Secretario del Interior bajo el presidente Warren G. Harding; Jesse Livermore, reconocido como el más grande especulador de la bolsa de todos los tiempos; Ivan Krueger, ingeniero civil, financista, empresario e industrialista, logró crear uno de los imperios empresariales más grandes del mundo; y por último, Leon Fraser, en ese entonces presidente del Bank of International Settlements. Estas personas eran los 'duros' de las finanzas y el éxito en ese entonces. Nadie jamas se hubiera atrevido a decir que eran unos fracazados. Sin embargo, 25 años después, la mayoría de ellos estaba en quiebra, o eran perseguidos por la justicia, o se habían suicidado. ¿Qué había pasado con todo el éxito que tuvieron?

El reconocido coach Ron Jenson, director de Future Achievement International, hizo una investigación entre varios cientos de líderes del más alto nivel alrededor del mundo, y les preguntó: 'Al final de su vida, ¿cómo sabrá si tuvo éxito?' La respuesta de estos líderes fue reveladora: Ninguno de ellos dijo que el éxito se mediría de acuerdo a su prosperidad, posición, poder, prestigio y/o placer. En cambio obtuvo respuestas como las siguientes:
  • 'Nunca nadie en su lecho de muerte ha dicho que hubiera querido trabajar más'.
  • 'Nunca vi una carrosa fúnebre remolcando los bienes de alguién a su tumba'.
  • '¿Qué habra sido de mis hijos?'
  • '¿Será que tuve una vida fructífera y plena en lo personal?'
  • '¿Habré influido positivamente en alguna vida?'
  • '¿Cuál es el legado que dejé?'
  • '¿Formé relaciones profundas y trascendentes?'
  • '¿Realmente amé a mi cónyuge y a mis hijos?'
  • '¿Marqué la diferencia en la vida de alguién?

La madre Teresa de Calcuta, nunca tuvo para sí toda esa prosperidad, fama, lujos, etc. Y sin embargo, todo lo que requería para su trabajo le llegaba. Nadie la hubiera considerado no exitosa. Lo fue, y mucho. Pero ella entendía que su éxito no se basaba en lo que ella obtuviera, sino en lo que ella estaba en capacidad de dar. El éxito entonces dependerá de lo que usted haga con lo que Dios le permite tener, para que pueda desarrollar su misión en la vida, mientras edifica y fortalece a otros.

El éxito real depende en verdad de tres cosas: sus actitudes, sus creencias y sus compromisos.

En los próximos blogs estaré presentándole a usted los 10 principios 'OPTIMIZARÉ' de vida, descubiertos por el coach Ron Jenson, y que le ayudarán a desarrollar su máximo potencial y alcanzar el éxito auténtico:
  1. Optaré por iniciar la acción: Cómo desarrollar hábitos proactivos y una disciplina personal.
  2. Procuraré alcanzar el signifcado personal: Cómo construir una auto imagen fuerte y aprender a manejar la crítica.
  3. Todo lo negativo lo eliminaré de mi vida: Cómo tratar con temores, problemas y otras dificultades.
  4. Internalizaré los principios correctos: Cómo vivir un estilo de vida guiado por valores que se reflejan en la casa y el trabajo.
  5. Marcharé firme a ejecutar mi misión: Cómo desarrollar y entender la misión, la visión y el propósito de vida personal.
  6. Integraré toda mi vida para alcanzar el éxito: Cómo desarrollar el balance personal de actitudes, prioridades y metas.
  7. Zarparé hacia mi meta, cuidando de los demás: Cómo escuchar, confrontar, empatizar y mentorear a los demás.
  8. Arduamente mantendré mi rumbo: Cómo mantenerse enfocados y no darse por vencidos en los asuntos importantes.
  9. Rigurosamente alinearé mis objetivos: Cómo hacer las correcciones de curso correspondientes y tratar con los cambios constantes.
  10. Energizaré mi vida interior: Cómo vivir una vida basada en un carácter bien cultivado.
Cada uno de estos principios son la clave para alcanzar el verdadero éxito. No se los pierda. Estaré hablando de cada uno de ellos en los próximos blogs.


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